¿Paz el 23 de marzo del 2016?
ARTICULO
DE EL ESPECTADOR Y EL TIEMPO SOBRE PQ NO SE FIRMÓ PAZ EL 23 DE MARZO/2016
Postura del
Gobierno:
·
Dejar
las armas como requisito para la aplicación de los postulados de la justicia
transicional y la participación en política.
·
Entrega
del 95% de las armas a componente internacional a partir de firma de Paz (5% quedaría
en manos de Farc).
·
11
zonas de concentración ―Zonas
de Ubicación Transitoria/ZUT―
de
10 km2 de área; con Policía comunitaria, jornadas de salud, cedulación y
alfabetización; lejos de zonas pobladas.
·
No
hacer política en zonas de concentración; se necesita permiso previo del
gobierno para acceder a reuniones políticas.
·
Para
salir de zona de concentración se requiere permiso de ONU y gobierno.
·
Comenzar
el desarme 60 días después de que se firme el pacto final de paz. Terminar el
mismo el 31 de diciembre del 2016.
Postura de las
Farc:
v Cese bilateral
del fuego ya.
v Garantías de
seguridad para Farc: desmantelar el paramilitarismo.
v Dejación de
armas en un proceso gradual sin tiempo definido dado el riesgo que existe para
la guerrilla de ser asesinados. Almacenar armas en sitios
referenciados, entregar una parte a ONU y el resto en manos de guerrilla.
v Zonas de
concentración intercomunicadas por corredores terrestres.
v Reuniones políticas
con máximo 300 personas en dichas zonas ―Zonas de Ubicación Transitoria/ZUT―.
v Definir cuanto
antes amnistía e indulto para los alzados en armas.
v Que se
levanten las órdenes de captura a todos sus guerrilleros en todo el territorio
nacional, y no solo en las zonas de campamento ―Zonas de Ubicación Transitoria―.
v Definir
elección de magistrados para Jurisdicción Especial.
v Determinar ya
tratamiento diferenciados para agentes del Estado y terceros civiles.
v Guerrilleros
detenidos: ¿qué se va a hacer con ellos?
v Consultar a los
pueblos étnicos: ¿cómo se va a hacer la consulta?
v Elevar el
acuerdo final de paz a rango constitucional, suscribiéndolo como un Acuerdo
Especial Humanitario en el marco de las Naciones Unidas.
v Se deben
definir con claridad los contornos del ejercicio político, la labor pedagógica
y la relación entre la guerrilla y la sociedad civil.
v Asamblea
Constitucional que refrende acuerdos de Paz.
ÁREA SEMBRADA EN COCA ACTUALMENTE (2015):
159.000
hectáreas o 1.590 Km2 que equivalen a toda la superficie del Distrito Especial
de Bogotá (1.587 Km2), o casi toda el área del departamento del Quindío que es
de 1.845 Km2, o el 50% del Departamento del Atlántico (3.388 Km2). Tal es el
tamaño de las plantaciones de cocaína que hoy existen en Colombia mientras en 2013
había 48.189 hectáreas.
(2013) Departamento
HC. %
Antioquia
1.734 2,06
Chocó
1.661 3,45
Meta
2.898 6,01
Cauca
3.326
6,9
Caquetá 4.322 8,97
Guaviare 4.725 9,81
Nariño 13.177
27,34
Putumayo 7.667 15,91
Norte de Santander 6.345 13,17
Subtotal 45.855 93.62
Resto del País: 2.334 6.38
(Fuente Oficina de la ONU contra la
droga y el delito)
Estas
cifras del 2013 contrastan con las del 2015 pues el aumento del área
cultivada es de 330%, esto es 3.3 veces más.
No
es coincidencia que la mayor fuerza de las Farc, el ELN y las BACRIM se
concentren en estas regiones productoras del alucinógeno.
No
es extraño que el aumento desmesurado de los siembros de cocaína haya
fortalecido económica y militarmente a las Farc entre el 2012 y 2016.
Legalizar
el consumo de drogas alucinógenas es la solución, tratando al consumidor como
un enfermo o una persona adicta que debe ser atendida por salud pública. Al
legalizar producción, distribución y consumo el precio de la droga caería
verticalmente por sobreoferta quebrando a productores ineficientes y sacando
del mercado a mafias criminales. Y la leña que hace arder el conflicto
colombiano desaparecería.
Pero
mantener una política de narcóticos ambigua y ecléctica es el peor de los
mundos: se fortalece la delincuencia y se debilita el proceso de paz. Y esto es
lo que ocurre hoy en día: más coca clandestina, más armas, más asesinos a
sueldo, más inseguridad.
Al
país se le prometió un Acuerdo de Paz exprés, en término de uno o dos años, y
ya vamos avanzando hacia el año quinto sin él.
Se
nos dijo que no habría política ni diplomacia de micrófono en estas
negociaciones y ha ocurrido todo lo contrario.
Se
nos dijo que en marzo se firmaría el acuerdo y nada de nada.
¿Quién
está manejando el ritmo de las negociaciones: la guerrilla en Cuba o el
gobierno Santos?
Si
los tres primeros puntos de los acuerdos de La Habana ocupan 160 páginas, con los
dos puntos subsiguientes se alcanzarían más de 250. Tal cantidad de propósitos,
consideraciones, resoluciones equivalen a tres o cuatro libros
constitucionales. ¿No es esto un infinito decálogo de ilusiones y sueños
pactados entre una guerrilla garladora y un nadaísta soñador? ¿Cuánto, cuándo y
cómo se va cumplir con tamaña locuacidad?
¿Navegaremos
de nuevo hacia esperanzas fracasadas y propósitos naufragados?
¿Es
verdad que en manos de las FARC quedarían armas para su propia protección?
En
el último año han sido asesinados decenas de activistas de izquierda y líderes
sociales afectos a los movimientos populares. ¿Qué hace el Estado para proteger
a los opositores si los persiguen, los encarcelan, los matan?
Firmar
una Paz honorable, justa, reivindicativa y seria es el ideal de todo
colombiano.
MAURICIO
JARAMILLO LONDOÑO
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