EL PODER NACE DEL FUSIL
EL PODER NACE DEL FUSIL, recordaba mi entrañable amigo Chucho Alarcón, conversando en nuestra finca. Cierto, muy cierto, Mao Tse Tung no se equivocaba. He aquí el almendrón del asunto: ¿Quién detenta las armas?, ¿Quién manda?, ¿Quién impone su propia voluntad por la fuerza del fusil? Porque al fin y al cabo de esto se trata: Maduro en Venezuela, aunque se derrumbe la nación, el hambre ronde, la salud sea privilegio de la nomenklatura y la constitución de Chávez se despedace; Kim Jong-Un cambie el cultivo del arroz por la construcción de infinidad de misiles; Trump edifique muros, destruya relaciones, insulte periodistas, ataque inmigrantes, actúe como un megalómano siniestro; aunque Robert Mugabe en Zimbabue desde 1987 (30 años en el poder), malgobierne, reprima, robe, tiranice; aunque el Estado Islámico, el gobierno sirio, o el de Arabia Saudita, o el de Irán, o el cubano, o el PRI mexicano, o el chino, cometan atrocidades, dictaduras, violación de los derechos, aprisionen, victimi...