NAVIDAD
RECUERDOS DE MI NIÑEZ… Las navidades eran extraordinarias. Cuando las pasábamos en Bogotá , durante quince días armábamos en el jardín un Pesebre enorme bajo un kiosco especialmente construido por mi papá para la ocasión: cajas de madera y de cartón cubiertas con un papel―cera verdoso repleto de pedacitos de aserrín marrón; le distribuíamos musgo del bosque cercano traído por nosotros en costales ―arrancándole la piel vegetal a La Tierra― para volver el pesebre más real. Le colocábamos paticos de plástico, espejos que simulaban lagos, cascadas de arena amarilla, caminos de gravilla menuda, gansos, vacas, burros, leones y ovejas todos de baquelita, casitas de cartón iluminadas por dentro cada una con un bombillito, verde este, naranja aquel, rojo el de más acá, reyes magos, iglesias, castillitos de cerámica, lucecitas de nochebuena, incluso mi hermano y yo instalamos un pequeño aeródromo con nuestros diminutos aviones de latón y plástico; María y José observando dentro de una cabañit