VENGANZA
VENGANZA y ODIO. Viajé a Santa Marta a un conversatorio sobre mi novela SU REVERENCIA. Aproveché la estadía para visitar la Quinta de San Pedro Alejandrino donde murió, triste, abandonado y pobre el Padre de América Simón Bolívar, el 17 de diciembre de 1830. Escribió una última proclama que está gravada en mármol a un costado de la habitación donde agonizó El Libertador. Dice así: A los pueblos de Colombia Colombianos: Habéis presenciado mis esfuerzos para plantar la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono. Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de m