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Mostrando las entradas de marzo 20, 2016

AUTOBIOGRAFÍA MÍNIMA

AUTOBIOGRAFÍA MÍNIMA Soy un mamífero y por tanto amo a este Planeta, al Universo entero y a todas las especies que reptan sobre la costra de La Tierra. La leche de mi madre ―hace ya 68 años― me dijo: eres una sabandija más que viene de los trilobites o las musarañas, un hijo del Big Bang, un hombre blanco nacido en tierras cristianas que podría haber sido musulmán, budista, hinduista, ateo, agnóstico, chamán; eres hispanoamericano mezclado de sefardí, catalán, judío, quimbaya, negro africano pero podrías haberte criado en Ceilán, Japón, Siberia o los Montes Cárpatos, y entonces tu destino sería distinto; pero te tocó aquí, en medio de esta nación de sangre y esmeralda, en este terruño bruñido por volcanes y raudales, en esta geografía multiétnica rellena de papagayos y desiertos, de incendios y crímenes, de poetas y ladrones, de estadistas reptilescos y curas pederastas, de mariposas amarillas y libros de amor como el de María y Efraín, o la bella y tremenda Vorágine. Eres, hijo

EN LA MITAD DEL OCEANO - TEATRO

EN LA MITAD DEL OCEANO , obra de teatro escrita por Ximena Villamizar Roldán en 2015, y presentada en Bogotá en el XV Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Duración 70 minutos. 7 actores. Principales: Lucía, la madre inmigrante. Luis el hijo de la madre que se va a España. Claudia y yo subimos desde Villeta a ver la obra; Clarita nos acompañó. Creo que éramos los más viejos entre las ciento treinta personas que repletaban el incomodísimo auditorio, pero cuya molestia ni se sintió ante la maravillosa obra de Ximena: En la mitad del océano. Teatro puro en la pura tradición del griego ― ¿allí nació el teatro?―, en la de Lope de Vega, en la de Brecht. Teatro sin teatralidad, sin escenografías rebuscadas o espectaculares, sin música de estruendo ni vestimentas rococó, sin maquillaje ni mobiliario estrambótico. Simple y puro teatro, representación de la imagen y la historia por medio de la palabra y la actuación. Ni cine, ni ópera, ni “play”. ¡Teatro! Y del bueno. Yo no soy