CUENTO FUTURISTA
CUENTO FUTURISTA ¡GRIMALDI HIONYAN lo había pensado mucho! El bisturí electroláser fue colocado en posición. El ambiente del pequeño y súper funcional quirófano era perfectamente aséptico: por unos pequeños orificios que cubrían literalmente todas las paredes del saloncillo salía un aire perfumado saturado de alcoholes sintéticos tipo iodo que regaba con una vaho imperceptible y constante los instrumentos, la pantalla de video, microparlantes, las luces violetas y naranjas, taladros, etc. A un costado reposaba ―pues una lucecilla azul así lo demostraba― un singular objeto, silencioso pero vivo, un ser en forma de casco de motocicleta, de los que se usaban en el siglo pasado, espécimen grueso, metálico, brillante, lleno de plaquetillas y alambres muy delgados, fuertes y muy bien adheridos; ente metálico que vocalizaba con sonidos sordos y perfectamente claros, pero sin medios de locomoción ―aparentemente se los habían quitado―. Esta criatura provocaba, en quien la mirab