AUTOBIOGRAFÍA MÍNIMA

AUTOBIOGRAFÍA MÍNIMA
Soy un mamífero y por tanto amo a este Planeta, al Universo entero y a todas las especies que reptan sobre la costra de La Tierra.
La leche de mi madre ―hace ya 68 años― me dijo: eres una sabandija más que viene de los trilobites o las musarañas, un hijo del Big Bang, un hombre blanco nacido en tierras cristianas que podría haber sido musulmán, budista, hinduista, ateo, agnóstico, chamán; eres hispanoamericano mezclado de sefardí, catalán, judío, quimbaya, negro africano pero podrías haberte criado en Ceilán, Japón, Siberia o los Montes Cárpatos, y entonces tu destino sería distinto; pero te tocó aquí, en medio de esta nación de sangre y esmeralda, en este terruño bruñido por volcanes y raudales, en esta geografía multiétnica rellena de papagayos y desiertos, de incendios y crímenes, de poetas y ladrones, de estadistas reptilescos y curas pederastas, de mariposas amarillas y libros de amor como el de María y Efraín, o la bella y tremenda Vorágine.
Eres, hijo de mi vientre, un ser humano que vivirá el salto del electrón, la internet, la robótica, el olor sonoro del cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko, la irrelevancia de las fronteras patrias, las guerras de religión en pleno siglo XXI, el poder omnímodo de 100 corporaciones dueñas de la mayoría de la riqueza mundial, la fractura de Europa en minúsculas partículas ―moronas de naciones―; contemplarás el progreso inmenso de la humanidad que pasó de trabajar cien  horas/semana a la mitad; naciste de mí para ver dos mil millones de miserables que mueren de sed y hambre, observar la injustica de la justicia, la intolerancia de los que dicen tolerar en nombre del pueblo, la inequidad de los que en las sinagogas, las iglesias y los templos, ahítos de grasa, rellenos de joyas, pletóricos de “amor” por sus semejantes dan una limosna al pordiosero y sienten sus almas sosegadas; contemplarás la hipocresía de las multinacionales y la doblez de los corbatudos burócratas de la ONU, el desgarre de Venezuela que apostrofa al hombre más grande de América (a nuestro tatarabuelo ― bisabuelo ― abuelo ― padre Bolívar) y le honran y deshonran como si de un monigote se tratara: ¡malditos irrespetuosos!
En fin, ser de mis entrañas, naciste para ver a Gaia convertida en una hornilla que derrite polos, seca pantanos, crea monstruosos tifones, Gaia riéndose de estos piojos humanos que sobre su piel inventan trucos en las bolsas de Wall Street y derraman una cosa viscosa y negra que mata todo lo que toca, como viste que hicieron con el precioso Río Mira.
Pero hijo, esta especie que parece lobo y pantera también produce a Mozart y Gandhi, a Espartaco y La Comuna de París, a Newton y Ho Chi Min, a los hippies y Teresa de Calcuta, a Da Vinci y los Padres Peregrinos, y grita desde sus orígenes milenarios: ¡Libertad, Fraternidad, Igualdad!
Y recuerda: ¡Polvo eres y en polvo te has de convertir!
Y un gusano llegará y se instalará en mi cuerpo deglutiendo mi savia y me integraré a la Tierra de donde vine y a donde iré.
Parte de mi eres, y parte de todo esto serás; y a los que funestan el futuro de la especie diles: ¡No pasarán!
¡Viviremos y haremos de este planeta y del sistema solar algo tan grande que nuestros vecinos de Alfa Centauro se sorprenderán!


MAURICIO JARAMILLO LONDOÑO                      Enero 12 del 2016

Comentarios

Entradas más populares de este blog

GRANDES HECHOS DE CORRUPCIÓN EN COLOMBIA

UN CUENTO DE NAVIDAD

YO SÉ QUE SU MAMÁ NO ESTÁ EN EL CIELO SINO EN LA TIERRA.