AL QUE LE CAIGA EL GUANTE QUE SE LO
CHANTE.
Los
periodistas y reporteros se aglomeran; micrófonos, cámaras, celulares compiten
por acercarse; han prometido que ocurra lo que ocurra la verdad será publicada:
¡el sistema es perfecto, el mejor sistema electoral del mundo, nuestro
comandante lo organizó, no hay sobre la faz de la Tierra nada que se le
parezca, incluso el abad Carter le dio su bendición!
Un
ser salido del mundo de los dibujos animados, un buñuelo con patas, unas nalgas
ondulantes que se sostienen milagrosamente sobre las piernas, un tronco aplastado
por el paso de los años, de cartilaginosos bustos, cachetes
rotundos, ojos laterales, labios gordos de sapa, orejas como artesas, tronco
que inverosímilmente es capaz de articular semejante figura, toda ella envuelta
en un nombre luminoso: Tibisay Lucena, Rectora del Quinto Poder, el Consejo Nacional
Electoral de Venezuela; ese ser extraplanetario, intergaláctico sale caminando,
cuá, cuá, cuá ―pues es difícil encontrar alguien que pasee su globuloso cuerpo
de forma más parecida a nuestros amigos los patos o los ornitorrincos―, se va
acercando, la fotografían, habla con los otros adocenados miembros del CNE;
tienen que ayudarla a subir los peldaños del escenario pues de lo contrario
rodaría cientos de metros; retira la silla, conversa con su vecino; se acomoda,
acerca el micrófono, aclara su voz.
Han
pasado siete largas horas luego de cerradas las urnas.
Un
silencio ártico: Tibisay agradece al pueblo y la puebla, a los hombres y a las mujeres,
a los electores y a las electoras, a los partidos y a las partidas, a los
policías y a las policías, a los asistentes y a las asistentas, a los
periodistas y a las periodistas ―ella, la mujer ornitorrinco, es una demócrata revolucionaria
que entiende que el Planeta está poblado por el hombre y la mujer, no sólo por
la humanidad sino por el humanidad―.
Tibisay, perdón, el ornitorrinco
o la ornitorrinco habla: 46 diputados del oficialismo y 99 de la oposición,
faltando ―el sistema es perfecto, el mejor del planeta, incorruptible, veloz
como el rayo, sólo intervienen las máquinas no los hombres―, faltando, dice
Tibisay, 22 escaños por adjudicar.
Hoy, transcurridas horas y
horas, el magnífico, perfecto, impoluto, raudo sistema electoral venezolano aún
no informa el resultado final de la composición del Parlamento venezolano.
Yo, que aposté a que la
diferencia entre las dos fuerzas no sería mayor al 10%, me equivoqué de cabo a
rabo: el nocáut dado al maduro―diosdado―cabellismo fue de cinco a cero. Victoria
aplastante de la oposición.
¿Cómo actuarán los
desprestigiados jefes del PSUV al sentir que tras diecisiete años en el poder
van a perderlo todo, hasta su corrupta riqueza?
Diciembre 8, 10:50 a.m., año
2015.
Cordialmente: MAURICIO
JARAMILLO LONDOÑO
NOTA:
1ª No ha gobernado la izquierda en América Latina sino la zurda, salvo en el
Uruguay de Mujica y en el Chile de Bachelet.
2ª
Asistimos al movimiento pendular de la historia: ahora vamos hacia la derecha.
3ª
Los sagrados derechos de los humildes, los pobres, los atropellados, los olvidados
de la Tierra no pueden ser desconocidos.
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